Fotografiando el Orgasmo Femenino: La Petite Mort

Si el orgasmo se puede definir como la “pequeña muerte”, ¿es la masturbación un pequeño suicidio?”

La idea de fotografiar a mujeres masturbándose hasta llegar al orgasmo surgió, de forma sorprendente, a raiz de una discusión sobre cámaras. Según cuenta Will Santillo, un colega de Toronto le insistía en que se pasara al formato digital. Corría el año 2001 y la tecnología digital era novedosa, de no muy buena calidad y carísima. Sin embargo, Will sentía curiosidad y logró que una tienda de material fotográfico le prestara una cámara para un fin de semana. 

“Me la llevé a casa y empecé a jugar con ella. Al segundo día quise ver qué podía hacer con poca luz. Mi esposa y yo estábamos en el dormitorio y le dije: ‘échate en la cama y haz algo interesante’. Ahí estaba yo disparando, y ella empezó a masturbarse”. 

Y como es algo que todos los hombres encuentras muy interesante, Will siguió sacando fotos, sin estar seguro de qué estaba viendo en la penumbra. Al ver los resultados, pensó que aquello podría convertirse en un interesante proyecto artístico. 

Escrito por Dian Hanson, editora del libro “La Petite Mort”.

Y Will Santillo si que fue capaz de crear una verdadera obra de arte, fotografiando al rededor de 40 mujeres durante unos 8 años, abarcando la mayor cantidad de variedad posible, en edades, profesiones, “estilos”, formas, y demás.

Un aspecto interesante de la obra de Will, y con esto me refiero al libro en si, es que no solamente son las fotos las que se muestran, hay también una buena cantidad de testimonios de las propias chicas que participaron del proyecto. Algunas hablan sobre la experiencia en si, de lo que significó y lo que sintieron durante la sesión de fotos, otras hablan de sus fantasías o de lo que significa masturbarse en sus vidas cotidianas.

La fantasía empieza con que mi marido se ha ido de viaje de trabajo y me pide que me masturbe para él delante de una cámara. Entonces aparece un bombero. Sabe que me estoy tocando, asi que viene a ayudarme. Primero solo con besos tiernos, pero después empieza a tocarme los pezones y a pasarme las manos por los muslos, para que me excite y le pida más. Es una fantasía de madre. De vez en cuando tienes que llevar la sillita de bebé del choche para que los bomberos la revisen y ves a todos esos hombres tan guapos. Son nuestros heroes [se rie].

Gina Thompson, 35, Profesora.

Las fotografías son todas en sepia y si bien algunas están perfectamente enfocadas e iluminadas, muchas de ellas están “movidas”, fuera de foco, e incluso con poca luz, pero lejos de que esto vaya en desmedro de la calidad de la obra, a mi parecer le aporta justamente algo especial, les da movimiento, les aporta dinamismo y algo que de alguna manera te hace sentir el placer, el frenetismo, y el disfrute de las chicas que “posan” para las diferentes fotos.

Supongo que soy algo exhibicionista. Solo estaba nerviosa porque íbamos en el coche por Boston en medio de un tráfico densísimo. Mi marido iba al volante. Yo iba en el asiento del copiloto y Will, en el de atrás, detrás de mi marido. Seguro que existe alguna ley que lo prohíbe. Al menos, yo no conducía. Me había llevado mi juguete favorito, un pequeño vibrador redondo como un huevo, pero con una pila de nueve voltios. Así es como a veces me mantengo despierta en lo viajes largos. 

Marie, 40, Educadora

Otra cosa que me maravilla de esta bella obra es el aspecto temporal, 8 años fueron los que Will estuvo haciendo estas fotos, y me imagino que si, no debe haber sido fácil ofrecerle este tipo de cosas a “cualquier” persona, o que “cualquier” persona aceptara, aunque supongo que como todo, debe haber bastado que algunas hubieran dicho que si, y se debe haber “corrido la voz”, no muy distinto a lo que sucede hoy en día con las mismas fotos que yo hago. Tambien me parece maravilloso que todo esto esté en un libro, que esté “elevado” a la categoría de arte, de obra literaria y fotográfica.

Es un pco raro, pero mi fantasía es que soy modelo en una clase de cunnilingus. Hay alguien que lo enseña, practica conmigo y todo el mundo me mira. Entonces los “estudiantes” tienen que probar y el profesor observa, hace comentarios y los corrige. Si, Ninguna de esas personas tiene cara, ni un sexo concreto ni nada, pero son hombres y mujeres. Lo que resulta excitante no es solo que me observan, sino que me utilizan para mejorar su técnica. 

Jewels, 28, Banquera.

Acá les dejo también el video donde muestro algunas otras cosas y hablo algo mas sobre las fotos en si.

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